Carlos Velázquez. La Biblia Vaquera. México: Fondo Editorial Tierra Adentro, 2008.
La Biblia vaquera, segundo libro de Carlos Velázquez, se impone como una renovación de la “la literatura norteña” mexicana. Como lo sugiere Rafael Lemus, en lugar de ofrecer al lector una serie de descripciones realistas sobre la cruda escena del narcotráfico en el norte del país, Velázquez se inclina por una escritura desafiante e irónica que opera a modo de ready-made cuando se propone incorporar una serie de aparatos discursivos pre-fabricados en distintos estratos culturales, sociales…..y hasta temporales.
Leer La Biblia vaquera es tener una experiencia vertiginosa de lectura en donde la acumulación de referencias es exhaustiva y golpea desde todos los ángulos: lo mismo aparecen burlas iconoclastas a la élite de las artes visuales que expresiones ácidas en torno a lo inn de la cultura pop. Se trata de un collage, de un montaje esquizofrénico en el que participan dj’s, luchadores, prostitutas gordas, músicos, piratas, alcohólatras y más.
La relación que el libro establece con la cultura de masas recuerda a Manuel Puig y el modelo distorsionado desde el cual transformaba al cine en relato literario. Si bien Velázquez no está centrado en lo cinematográfico, su libro tiene mucho de una escritura inter-medial en que las operaciones del texto son traducciones que vienen de los procedimientos de las artes visuales y la música. Ya Lemus lo sugiere: “Velázquez es más un dj que un escritor de la tradición”.
El primer cuento del libro delinea la clave de lectura cuando Biblia Vaquera, uno de los personajes excéntricos del libro, se enfrenta en el ring de luchadores a un duelo que, en lugar de tratarse de un desafío de llaves y piruetas entre rudos y técnicos, se trata de un duelo en donde el reto es mezclar música con la mayor destreza. De forma metonímica, la mezcla discursiva y la desestabilización del sentido se convierten en los hilos de lectura del texto de Velázquez.
En Popstock! -espacio de los cuentos y a la vez la nueva (o post) propuesta de la geografía mexicana- todo está en jaque y filtrado por múltiples capas de referentes y sentidos. Velázquez despliega en su escritura una aguda textura oral en donde el español vibra entre tonos diversos y en donde juegan las intervenciones del spanglish y otros registros.
Desestabilizar es el proyecto. Así, La Biblia vaquera oscila de un género a otro: formada de seis “cuentos cortos” y el epílogo evita articularse como novela y se enfrenta -altanera – a la fijación de los géneros. Cada cuento es un episodio distinto que, sin embargo, puede enlazarse con los otros desde la presencia reiterativa de las palabras Biblia Vaquera. Y aún en esto hay fuga: Biblia vaquera es una especie de significante vacío, que en cada relato adquiere un sentido y una función diferente. El desplazamiento semántico y la volubilidad referencial de estas tres palabras que dan título al libro, recuerdan lo volátil de los intercambios comerciales y culturales (legales e ilegales) que operan como sustratos contextuales del texto de Velázquez.
La Biblia vaquera es así uno de los libros más agudos de la llamada literatura norteña mexicana. Su destreza está en desviarse de procedimientos meramente descriptivos sobre la violencia cruenta que hay en el país y, en cambio, optar por asimilar a la escritura – de manera notable- los distintos aparatos discursivos y culturales que circulan, se forman y se enredan alrededor de la escena mexicana contemporánea.
Ana Sabau (México 1984) cursó la carrera de letras en la Universidad Iberoamericana y fue becaria en El Colegio de México. En ese tiempo participó en la edición del libro Paisaje en las nubes: crónicas en El Mundo 1937-1942 de Roberto Arlt. Recientemente publicó un artículo sobre la literatura de Alfonso Reyes en Arqueologías del centauro. Actualmente realiza sus estudios doctorales en la Universidad de Princeton.
me parece interesante la biblia vaquera la leree eso es un echo gracias por hacer ver que no solo es vquero el que porta una texana