Noel Black. Profecías para el pasado/Prophecies for the past. Traducción de Mara Pastor y Guillermo Rebollo-Gil. México: 2.0.1.3. Editorial, 2015.
El día de tu nacimiento, tu madre creerá que está teniendo un ataque a la vesícula”. (5)
Así comienza el libro que más he disfrutado leer durante lo que va del año 2017. Es un libro suigeneris en una edición bilingüe; es un cuento largo, un poema épico, una autobiografía, una serie de notas en un diario, los fragmentos de una memoria del futuro, fragmentos sobre las cosas que por destino tenían que suceder. Los fragmentos cortos que conforman el libro son relatos de la vida del autor en el orden en que las memorias del pasado nos invaden el presente: la primera vez que besarás a alguien, un amigo que te traicionará, aquella vez en que conversarás con tu padre unas palabras que seguirán retumbando en tu cerebro cada vez que ves a tu hijo, viajarás lo largo y ancho de los Estados Unidos sin grandes ambiciones y aún así en busca de un milagro, etc. El poeta es Noel Black y es un poeta veterano, traductor y locutor de radio. Profecías del pasado convierte a esos relatos autobiográficos en relámpagos narrativos llenos de ternura pero también de cierto hastío. ¿Por qué son siempre las mismas memorias las que nos acosan, los mismos momentos una y otra vez que vuelven? Leer este libro nos llena de envidia porque ya quisiéramos poder abordar el pasado con la sabia lucidez de Noel Black, abordar el pasado desde la profecía.
Pero también hay otros relatos implícitos en lo que es la construcción colectiva de este libro: también está el relato de la vida del libro, las historias y personajes que lo constituyen. El autor es un poeta americano que vive en el pueblo de Colorado Springs. Originalmente Profecías para el pasado se publica en inglés como la última parte de un poemario hermoso titulado Uselysses por la editorial de culto Ugly Duckling, en Brooklyn, NY. La traducen dos poetas prolíficos de Puerto Rico en una editorial alternativa llamada 2.0.1.3. en la Ciudad de México. La génesis de esta colaboración sucede en un viaje de Denver a Colorado Springs cuando Noel Black recoge en su camioneta a Mara Pastor, se presentan y se pasan el viaje hablando sobre poesía y haciendo chistes. Mara luego le recomienda su poesía a su amigo Guillermo que vive en San Juan, porque algo del humor de Noel y de su estilo poético cortado y lúdico le recuerda a los poemas de Guillermo. Entonces a Guillermo le gustan los poemas de ese gringo desconocido y se anima, a lo que suceden largas sesiones en Skype trianguladas entre Colorado, México y San Juan. El libro en sí mismo es una obra de arte, desde la portada del artista Adrián Monroy hasta el cuidado y diseño de la materialidad del libro a cargo de la editorial mexicana. Quien dijo que la literatura era un arte solitario nada sabe de la solidaridad y el deseo de colaborar entre los poetas contemporáneos..
Hacia el final del libro, Mara y Guillermo escriben un par de páginas sobre la poesía de Noel y la experiencia de traducirlo. A Mara le gusta cómo Noel encabalga los momentos de ilusión con grandes desilusiones y la risa con la melancolía. («Comprarás una libra de Marihuana. Le saldrán hongos” (37) y «Tu primer beso será con una niña que se suicidará dos años después con un coctel de acetona y píldoras de asma” (13). Guillermo, por su parte, se contagia del estilo de Noel y se pone a imitarlo (y escribe Guillermo imitando el estilo del autor «No terminarás de escribir tu pasado hasta que tus traductores se aferren a él (y a ti) de forma tal que la idea para este texto será de ellos» (47)).
Ambos traductores destacan el elemento formal más innovador del libro que es el uso de la segunda persona en futuro sencillo que utiliza la voz poética para referirse a sí misma. A Mara le recuerda la idea del pasado en la cultura aymara: el pasado es aquello que tenemos de frente, por eso lo podemos ver, mientras que tenemos al futuro en nuestras espaldas, por eso nos resulta invisible.
Al leer Profecías para el pasado experimentamos, con toda la fatalidad del destino, que estamos hechos de un huracán de memorias que nunca nos abandona.
Te entregarás a tu hijo en todas las formas en que tu padre nunca lo hizo contigo, con la esperanza de salvaguardar alguna pizca de redención ante el dolor. No se te ocurrirá que es a tu padre a quien intentas redimir”
O más bien, que las memorias no sólo son el producto de la experiencia (ese concepto tan central para la literatura estadounidense) sino que las memorias son experiencias que se quedan con uno y que tienen un futuro. La memoria se convierte en profecía.
En la secundaria un chamaco llamado Tommy te propinará una paliza por haberle dicho retardado. Se aparecerá con una camisa nueva de Motley Crue, te golpeará la cabeza en el sendero de bicicletas antes de que Shane pueda detenerlo con Karate. Te lo merecerás. Será uno entre los múltiples remordimientos contra los cuales te esforzarás por defenderte con los puños de suave barro del insomnio… cascos olvidados, amistades desatendidas y vergonzosas máscaras que confundirás con tu rostro” (31)
Y de ese huracán de profecías para el pasado no se sale. Es como ese último viaje de ácido del que no se vuelve. Profecías para el pasado es un libro hermoso y terrible, tiene la velocidad de la aventura y la risa a la vez que la gravedad de una vida que se examina.
Abanicarás el humo hacia tu rostro y exhalarás oráculos de aburrimiento/ You’ll fan the smoke toward your face and huff like oracles of boredom” (17-18)
Luis Othoniel Rosa (Puerto Rico 1985) es autor de las novelas Otra vez me alejo (Argentina: Entropía, 2012; Puerto Rico: Isla Negra, 2013) y Caja de fractales (Argentina: Entropía, 2017), y del libro académico Comienzos para una estética anarquista: Borges con Macedonio (Chile: Cuarto Propio, 2016). Estudió en la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras y tiene un doctorado por la Universidad de Princeton. Actualmente enseña en la Universidad de Nebraska en Lincoln. Para El Roommate ha reseñado libros de Michelle Clayton, Raúl Antelo, Lorenzo García Vega, Margarita Pintado, Rafael Acevedo, Mar Gómez, Isabel Cadenas Cañón, Romina Paula, Mara Pastor, Julio Meza Díaz, Sergio Chejfec, Balam Rodrigo, Juan Carlos Quiñones (Bruno Soreno), Sebastián Martínez Daniell, Colectivo Simbiosis Cultural y Colectivo Situaciones, Margarita Pintado (otra vez!), Ricardo Piglia , Francisco Ángeles, Julio Prieto, Julio Ramos, Federico Galende y Julio Prieto
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